El mercado de los productos biológicos para el agro está creciendo en el mundo y en Argentina como respuesta apropiada ante la tendencia de consumidores y productores de encaminar la producción de alimentos a prácticas mucho más sustentables, eficientes en la utilización de los recursos y comprometidas con el impacto de su huella de carbono en el ambiente. Así lo explica Guido Ramírez, gerente de Marketing y Desarrollo en la región Europa, África y Oriente Medio de Rizobacter.
– ¿Qué tendencias productivas estás viendo en el mundo del agro?
– Un uso cada vez más eficiente de los recursos disponibles. El productor agropecuario es más consciente de las limitaciones de recursos y de la presión social en cuanto al buen uso. Y el aumento de los costos de producción te lleva a ser más eficiente. Otra es la economía o la industria del carbono en un contexto de cambio climático. En Argentina somos pioneros en algunos sistemas de siembra que mejoran la conservación del carbono en el suelo. El suelo es uno de los pilares de la producción agropecuaria y desde Rizobacter siempre nos enfocamos en entender la microbiología del suelo y cómo podemos maximizar beneficios ya disponibles en la naturaleza. Esto va a seguir profundizándose… Sí, y se va a acelerar. En algunas regiones ya hay políticas para que se generen y se midan los cambios. En Europa, por caso, hay una serie de políticas que apuntan a reducir el uso de ciertos agroquímicos.